viernes 18 de julio de 2025 - Edición Nº121

Vinos | 29 may 2025

Enoturismo

Más de 230 bodegas de Mendoza conforman el imán del turismo del vino en la Provincia

Así lo revela el más reciente estudio del Observatorio Económico del Turismo del Vino. Luján de Cuyo, el Valle de Uco y Maipú representan el núcleo de los establecimientos que reciben a la mayor cantidad de visitantes.


El turismo del vino se ha consolidado como una de las actividades más dinámicas y estratégicas de la provincia de Mendoza. A partir de un crecimiento sostenido y una fuerte articulación entre lo público y lo privado, esta modalidad turística no solo ha potenciado la visibilidad de los vinos mendocinos, sino que también ha generado empleo, desarrollo local y una importante diversificación de la oferta turística provincial.

 

Según el último informe del Observatorio Económico del Turismo del Vino, iniciativa conjunta entre el Ente Mendoza Turismo (Emetur) y la Corporación Vitivinícola Argentina (COVIAR), actualmente existen más de 230 bodegas que abren regularmente sus puertas al turismo. Estas se concentran especialmente en tres zonas clave: Luján de Cuyo, Valle de Uco y Maipú, territorios que combinan tradición vitivinícola, infraestructura turística y paisajes de gran atractivo.

 

Los datos relevados

 

El estudio se basó en encuestas realizadas a 87 establecimientos, lo que representa un 38% de la totalidad de bodegas turísticas. Allí se relevaron servicios ofrecidos, número de visitantes, gasto promedio por experiencia y compromiso con la sostenibilidad. Gabriela Testa, presidenta de Emetur, subrayó la relevancia de estos datos para “el diseño de políticas públicas y la toma de decisiones en el sector privado”.

 

Luján de Cuyo se destaca como la región con mayor cantidad de bodegas abiertas al turismo, con 80 establecimientos en funcionamiento. Este departamento también cuenta con más de 15 mil hectáreas cultivadas y una producción que supera el millón de hectolitros. Entre sus bodegas más reconocidas se encuentran Chandon, Catena Zapata y Luigi Bosca, todas con una propuesta enoturística de alto nivel.

 

El Valle de Uco, por su parte, ofrece 50 bodegas con apertura turística. Esta zona ha ganado protagonismo en los últimos años gracias a la calidad enológica de sus vinos y al entorno natural único, con la cordillera como telón de fondo. Bodegas como Salentein, Andeluna y Domaine Bousquet se han convertido en destinos elegidos por visitantes nacionales e internacionales.

 

Maipú, otra de las regiones históricas del vino mendocino, aporta 42 bodegas turísticas, muchas de ellas familiares. La zona destaca por su producción elevada y su propuesta integral que combina vino, gastronomía y cultura. Bodegas emblemáticas como Trapiche, Familia Zuccardi y López tienen un fuerte compromiso con el enoturismo y la sostenibilidad.

 

El informe también pone de relieve cómo el enoturismo ha favorecido el desarrollo de experiencias diversificadas, que van desde visitas guiadas y degustaciones hasta almuerzos gourmet, paseos en bicicleta y actividades al aire libre. Estas propuestas han permitido ampliar el perfil del visitante y generar empleo genuino, especialmente en zonas rurales.

 

Para Pablo Asens, vicepresidente de COVIAR, “el turismo del vino no ha alcanzado su techo” y representa una conexión profunda entre los visitantes y la vitivinicultura. Esta visión se alinea con los objetivos del Plan Estratégico Vitivinícola al 2030 (PEVI 2030), que reconoce al enoturismo como motor clave del desarrollo territorial productivo.

 

Finalmente, la creación del Observatorio Económico del Turismo del Vino representa un paso fundamental para medir el impacto económico, social y ambiental del sector, permitiendo detectar nuevas oportunidades, ajustar estrategias y consolidar a Mendoza como la capital del vino de Argentina y una de las más importantes del mundo.

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