Por: Redacción Constructivaonline.com.ar
La construcción del oleoducto Vaca Muerta Oil Sur (VMOS) ingresa en su etapa decisiva. Con más de 390 kilómetros de cañería instalados sobre un total de 437, el tendido troncal estará completo en noviembre. La obra, liderada por Techint y Sacde, representa una pieza clave en la expansión exportadora de petróleo desde la Cuenca Neuquina, con una capacidad inicial de 180.000 barriles diarios.
El proyecto, con una inversión de 3.000 millones de dólares, es desarrollado por YPF, Pan American Energy, Vista Energy, Pampa Energía, Pluspetrol, Chevron, Shell y Tecpetrol, junto con GyP de Neuquén. Dos tercios del financiamiento provienen de bancos internacionales como Citi, Deutsche Bank, Itau, JP Morgan y Santander, bajo los beneficios del Régimen de Incentivo a Grandes Inversiones (RIGI).
El VMOS será el oleoducto más grande del país. Con 30 pulgadas de diámetro, unirá Allen (Río Negro) con la futura terminal de exportación en Punta Colorada, sobre el Atlántico. Para su llenado completo se necesitarán 1,2 millones de barriles, un hito que marcará un antes y un después en la logística petrolera argentina.
El ritmo de trabajo en la obra es un dato sobresaliente, teniendo en cuenta que reúne a más de 2.000 operarios y 200 equipos pesados a partir de una coordinación sin precedentes. Gracias a las soldadoras automáticas traídas por Techint y Sacde -las mismas que se utilizaron en el Gasoducto Perito Francisco Pascasio Moreno (Gasoducto Presidente Néstor Kirchner, hasta 2024), y el Duplicar+ de Oldelval-, se ha alcanzado un récord latinoamericano de 175 soldaduras por día.
Los equipos están integrados por 20 especialistas turcos que, junto con técnicos argentinos, alcanzaron niveles de productividad inéditos. En obras previas, el promedio diario era de 70 soldaduras, mientras que hoy se realizan entre 100 y 150, una muestra de la madurez técnica alcanzada por los equipos locales.
“El nivel de eficiencia logrado refleja la experiencia acumulada y la coordinación de trabajo. Operamos como un solo equipo desde hace años, con una sólida capacidad para ejecutar proyectos complejos”, destacó Damián Mindlin, presidente y CEO de Sacde.
El tramo más desafiante de la obra es el cruce del Río Negro, el mayor de los 75 cruces especiales previstos, para lo cual se requiere la construcción de un túnel desplegado a 20 metros bajo el lecho del río para tender el último tramo del ducto hacia fin de año o inicios de 2026. En paralelo, se avanzará con pruebas hidráulicas y la instalación de dos plantas de bombeo en Allen y Chelforó.
Con el actual ritmo de avance, los 437 kilómetros estarán completamente soldados a comienzos de noviembre. Las constructoras prevén entregar la obra en marzo, mientras que las petroleras proyectan su puesta en marcha para fines de 2026, incluso antes de lo previsto originalmente.
Una vez en operación plena, el VMOS podrá transportar hasta 720.000 barriles diarios, generando exportaciones anuales por entre 15.000 y 20.000 millones de dólares, un incremento que aliviará los cuellos de botella logísticos y posicionará a la Argentina como un proveedor relevante de crudo en el mercado global.
El avance del oleoducto no solo representa un impulso para el sector energético, sino que también dinamiza la economía de las comunidades cercanas a la traza. En Río Negro, el proyecto contrata mano de obra local y servicios en rubros como transporte, hotelería, metalmecánica y alimentación, generando un fuerte efecto multiplicador.
“Este tipo de obras fortalece a la industria energética nacional y contribuye al desarrollo de las regiones que atraviesa. Con el VMOS estamos ampliando la infraestructura para el crecimiento exportador del país”, explicó Alejo Calcagno, director del Área Sur de Techint Ingeniería y Construcción.
En la estepa patagónica se instalaron tres campamentos operativos con capacidad para más de 2.100 personas bajo régimen 28×7. Allí se concentran los servicios de alojamiento, salud, talleres y espacios recreativos, garantizando condiciones óptimas para los equipos que trabajan día y noche.
El proyecto contempla también la construcción de dos tanques de almacenamiento en Allen y una terminal portuaria de gran escala en Punta Colorada. Allí se montarán seis tanques de 120.000 metros cúbicos, los mayores del país, además de una infraestructura marítima que extenderá el ducto nueve kilómetros mar adentro.
Esa extensión permitirá el acople con monoboyas de carga subacuática para buques de gran porte. La profundidad de la terminal posibilitará por primera vez en Argentina la operación de Very Large Crude Carriers (VLCC), los mayores petroleros del mundo, capaces de cargar 2 millones de barriles cada cuatro días.
Cuando el sistema alcance su capacidad máxima, incluyendo la conexión con Oleoductos del Valle (Oldelval), la Argentina dispondrá de una capacidad de evacuación superior a un millón de barriles diarios, eliminando los cuellos de botella en el transporte de crudo desde la Cuenca Neuquina.
El Vaca Muerta Oil Sur es, a partir de la influencia que tendrá en la industria, mucho más que una obra de ingeniería, convirtiéndose en la llave de una nueva etapa para el desarrollo energético argentino. Las empresas asociadas para materializar el tendido indican que representa la consolidación de la infraestructura necesaria para convertir el potencial de Vaca Muerta en riqueza tangible, exportaciones sostenibles y empleo calificado.
A medida que se acerca su finalización, el VMOS simboliza la unión entre tecnología, capital humano e inversión estratégica. Una obra que no solo tiende un ducto hacia el mar, sino que abre un camino hacia una Argentina más integrada al mundo energético y con capacidad de generar valor a escala global.