domingo 12 de octubre de 2025 - Edición Nº207

Energía | 10 oct 2025

Hidrocarburos

YPF y la multinacional italiana ENI sellan un acuerdo histórico para llevar el gas argentino al mundo

La alianza comprende una inversión de 20 mil millones de dólares para construir el gasoducto más grande de la historia argentina, además de dos unidades flotantes de licuefacción y las plantas de procesamiento de última generación.


Por: Redacción Constructivaonline.com.ar

En un auditorio colmado en Puerto Madero, YPF y ENI firmaron un acuerdo que podría marcar un antes y un después para la economía argentina. Se trata del paso final antes de la gran decisión de inversión (FID) del proyecto LNG Argentina, que apunta a transformar al país en un exportador global de gas licuado.

El documento, rubricado por Horacio Marín y Claudio Descalzi, líderes de ambas compañías, formaliza una sociedad al 50% para desarrollar el plan “punta a punta”, desde los pozos de gas en Neuquén hasta la licuefacción en el Golfo San Matías, en Río Negro.

El monto de la inversión anunciada, 20 mil millones de dólares, es uno de los datos sobresalientes de la alianza, necesaria para construir el gasoducto más grande de la historia argentina, dos unidades flotantes de licuefacción y las plantas de procesamiento. El flamante tendido recorrerá 500 kilómetros desde los bloques neuquinos de Vaca Muerta hasta el litoral rionegrino, con un diámetro de 48 pulgadas.

La obra implica que el país comience a producir 12 millones de toneladas de GNL por año, una cifra que ubicaría a Argentina en el mapa energético mundial. Y de acuerdo a las proyecciones de la petrolera argentina, si todo sale según lo planeado, las exportaciones podrían sumar 300 mil millones de dólares en los próximos 20 años.

Durante la presentación, Marín y Descalzi compartieron escenario con el gobernador Rolando Figueroa, el ministro Guillermo Francos y la directora de YPF por Río Negro, Andra Confini. Todos coincidieron en que el proyecto no solo significa contar con más energía, sino también alentar un desarrollo federal.

El camino del gas neuquino

El proyecto contempla que el gas saldrá de tres bloques no convencionales desde Vaca Muerta, una de las formaciones más ricas del planeta, donde se perforarán unos 800 pozos de acuerdo a las estimaciones de YPF, para garantizar el suministro al sistema.

El recorrido atravesará la Patagonia Norte hasta llegar a Sierra Grande, donde estarán ubicadas las plantas flotantes. Una vez allí, el fluido se transformará en gas natural licuado (GNL), un proceso que reduce su volumen unas 600 veces para poder transportarlo en buques metaneros hacia distintas parte del mundo.

“El tratamiento del gas se hará en unidades industriales flotantes, una modalidad flexible y competitiva”, explicó Descalzi, remarcando que este formato permitirá reducir costos y adaptarse a la demanda global.

Las claves financieras y el desafío técnico

El proyecto no solo demanda ingeniería sino también una pulseada financiera, considerando que ambas empresas saldrán al mercado en busca de fondos privados para concretar la obra. “Cuando hablamos de proyectos de 20 años, la coyuntura no es lo que manda. El recurso está, y la demanda también”, aseguró Marín, confiado en que el potencial de Vaca Muerta atraerá capitales internacionales.

El contexto actual determina la dimensión de la iniciativa, mostrando que 2025 será el año con la mayor inversión histórica en Vaca Muerta, con unos 10 mil millones de dólares entre todas las compañías. Mientras que el plan LNG Argentina, demandará el doble de ese monto solo en su primera etapa.

En su discurso, Descalzi sostuvo que “Podemos tener precios bajos del gas y petróleo constante. La competitividad está en la roca y en la tecnología”. Esa combinación, según el ejecutivo, permitirá que el país logre competir en un mercado global donde la demanda de gas seguirá creciendo al menos hasta 2050.

Una alianza con proyección global

El acuerdo entre YPF y ENI es, además, una alianza estratégica, donde la petrolera italiana aporta su experiencia en el desarrollo de GNL, mientras YPF pone sobre la mesa los recursos y la logística de Vaca Muerta.

Ambas compañías prevén incorporar a nuevos socios internacionales. La china Wison aparece como candidata para construir las unidades flotantes, aunque también se mencionan posibles participaciones de Shell y ExxonMobil. La primera podría sumar una tercera planta de licuefacción, y la segunda, transformarse en uno de los principales compradores del gas argentino.

En paralelo, se esta estudiando la posibilidad de contar con un nuevo oleoducto exportador aprovechando el petróleo asociado a los pozos de gas, generando un ecosistema energético de escala inédita para el país.

Una visión a largo plazo

El desafío no es solo técnico sino también de planificación. Las obras demandarán varios años de desarrollo simultáneo considerando pozos, gasoducto, plantas industriales, y la infraestructura portuaria en Río Negro.  

Pero el objetivo está concentrado en posicionar a Argentina como proveedor confiable de energía limpia y competitiva para el mundo. “Esto no es un proyecto de gobierno, es un proyecto de país”, afirmó Marín al cerrar la conferencia, marcando que la continuidad política y empresarial será clave para sostener el impulso.

El acuerdo YPF-ENI puede leerse, entonces, como un punto de inflexión y una apuesta que conjuga ingeniería, financiamiento y visión estratégica en una única dirección. Y a su vez, una nueva señal de confianza que profundiza el potencial de Vaca Muerta y todo lo que tiene para ofrecer.

En un auditorio colmado en Puerto Madero, YPF y ENI firmaron un acuerdo que podría marcar un antes y un después para la economía argentina. Se trata del paso final antes de la gran decisión de inversión (FID) del proyecto LNG Argentina, que apunta a transformar al país en un exportador global de gas licuado.

El documento, rubricado por Horacio Marín y Claudio Descalzi, líderes de ambas compañías, formaliza una sociedad al 50% para desarrollar el plan “punta a punta”, desde los pozos de gas en Neuquén hasta la licuefacción en el Golfo San Matías, en Río Negro.

“Vamos a trabajar con la misma fuerza para tener el FID en el primer semestre de 2026”, dijo Marín, dejando ver la magnitud del desafío.

Una inversión que reescribe la escala industrial

El monto de la inversión anunciada, 20 mil millones de dólares, es uno de los datos sobresalientes de la alianza, necesaria para construir el gasoducto más grande de la historia argentina, dos unidades flotantes de licuefacción y las plantas de procesamiento. El flamante tendido recorrerá 500 kilómetros desde los bloques neuquinos de Vaca Muerta hasta el litoral rionegrino, con un diámetro de 48 pulgadas.

La obra implica que el país comience a producir 12 millones de toneladas de GNL por año, una cifra que ubicaría a Argentina en el mapa energético mundial. Y de acuerdo a las proyecciones de la petrolera argentina, si todo sale según lo planeado, las exportaciones podrían sumar 300 mil millones de dólares en los próximos 20 años.

Durante la presentación, Marín y Descalzi compartieron escenario con el gobernador Rolando Figueroa, el ministro Guillermo Francos y la directora de YPF por Río Negro, Andra Confini. Todos coincidieron en que el proyecto no solo significa contar con más energía, sino también alentar un desarrollo federal.

El camino del gas neuquino

El proyecto contempla que el gas saldrá de tres bloques no convencionales desde Vaca Muerta, una de las formaciones más ricas del planeta, donde se perforarán unos 800 pozos de acuerdo a las estimaciones de YPF, para garantizar el suministro al sistema.

El recorrido atravesará la Patagonia Norte hasta llegar a Sierra Grande, donde estarán ubicadas las plantas flotantes. Una vez allí, el fluido se transformará en gas natural licuado (GNL), un proceso que reduce su volumen unas 600 veces para poder transportarlo en buques metaneros hacia distintas parte del mundo.

“El tratamiento del gas se hará en unidades industriales flotantes, una modalidad flexible y competitiva”, explicó Descalzi, remarcando que este formato permitirá reducir costos y adaptarse a la demanda global.

Las claves financieras y el desafío técnico

El proyecto no solo demanda ingeniería sino también una pulseada financiera, considerando que ambas empresas saldrán al mercado en busca de fondos privados para concretar la obra. “Cuando hablamos de proyectos de 20 años, la coyuntura no es lo que manda. El recurso está, y la demanda también”, aseguró Marín, confiado en que el potencial de Vaca Muerta atraerá capitales internacionales.

El contexto actual determina la dimensión de la iniciativa, mostrando que 2025 será el año con la mayor inversión histórica en Vaca Muerta, con unos 10 mil millones de dólares entre todas las compañías. Mientras que el plan LNG Argentina, demandará el doble de ese monto solo en su primera etapa.

En su discurso, Descalzi sostuvo que “Podemos tener precios bajos del gas y petróleo constante. La competitividad está en la roca y en la tecnología”. Esa combinación, según el ejecutivo, permitirá que el país logre competir en un mercado global donde la demanda de gas seguirá creciendo al menos hasta 2050.

Una alianza con proyección global

El acuerdo entre YPF y ENI es, además, una alianza estratégica, donde la petrolera italiana aporta su experiencia en el desarrollo de GNL, mientras YPF pone sobre la mesa los recursos y la logística de Vaca Muerta.

Ambas compañías prevén incorporar a nuevos socios internacionales. La china Wison aparece como candidata para construir las unidades flotantes, aunque también se mencionan posibles participaciones de Shell y ExxonMobil. La primera podría sumar una tercera planta de licuefacción, y la segunda, transformarse en uno de los principales compradores del gas argentino.

En paralelo, se esta estudiando la posibilidad de contar con un nuevo oleoducto exportador aprovechando el petróleo asociado a los pozos de gas, generando un ecosistema energético de escala inédita para el país.

Una visión a largo plazo

El desafío no es solo técnico sino también de planificación. Las obras demandarán varios años de desarrollo simultáneo considerando pozos, gasoducto, plantas industriales, y la infraestructura portuaria en Río Negro.  

Pero el objetivo está concentrado en posicionar a Argentina como proveedor confiable de energía limpia y competitiva para el mundo. “Esto no es un proyecto de gobierno, es un proyecto de país”, afirmó Marín al cerrar la conferencia, marcando que la continuidad política y empresarial será clave para sostener el impulso.

El acuerdo YPF-ENI puede leerse, entonces, como un punto de inflexión y una apuesta que conjuga ingeniería, financiamiento y visión estratégica en una única dirección. Y a su vez, una nueva señal de confianza que profundiza el potencial de Vaca Muerta y todo lo que tiene para ofrecer.

OPINÁ, DEJÁ TU COMENTARIO:
Más Noticias